La AMAZONIA es VIDA, en estado puro y primigenio. Un lujo y un milagro en
este planeta tan amenazado. ¡Y están acabando con ella!
La alarma saltó este verano de 2019, cuando todos pudimos ver cómo la selva amazónica estaba siendo arrasada por los incendios. Solo en agosto de este año se detectaron vía satélite 4.000 incendios, cuatro veces más que en el mismo periodo del año anterior.
A esto se añade la tala ilegal de arbolado. Solo en este año de 2019 se ha
talado una superficie MAYOR que la de toda la Comunidad de Madrid. Y esta
superficie talada representa un 30% más que la talada el año pasado.
El gobierno brasileño de Jair Bolsonaro tiene una responsabilidad directa
en esta situación, porque ha favorecido, con sus declaraciones
públicas, la creación de un clima de impunidad que ha hecho que aumente la
actividad ilegal de madereros, buscadores de oro, petroleras, ganaderos y
cultivadores de soja, que expolian sin piedad la región que atesora la mayor
biodiversidad del planeta.
Siendo este ecocidio grave, más aún lo es el intento de genocidio indígena
que está estimulando el actual gobierno brasileño, y que tiene como
consecuencia el aumento de invasiones del territorio indígena, de las
agresiones e incluso del aumento de asesinatos de activistas medioambientales
y, particularmente, de líderes indígenas, conocidos como los “guardianes de la
floresta”.
Las selvas tropicales han estado habitadas por el ser humano durante
milenios, y estos guardianes de la Floresta han sabido convivir con su entorno
de una manera equilibrada y no depredatoria, subsistiendo sin menoscabar su
biodiversidad.
Estos pueblos indígenas atesoran una sabiduría acerca de plantas y
animales, de la tierra y el cosmos, y de la interdependencia que existe entre
todo y todos, que solo muy recientemente estamos empezando a comprender…
Su lucha es nuestra lucha, porque todos navegamos en el mismo barco, que es
nuestro planeta Tierra. Por ello queremos trasladar a todos el mensaje que nos
mandan:
En primer lugar, que España NO ratifique el acuerdo de libre comercio entre
la Unión Europea y MERCOSUR hasta que Brasil no se comprometa en la lucha
contra el cambio climático.
En segundo lugar, que se imponga la trazabilidad de los productos
originados en la amazonia, para impedir la comercialización de aquellos que
provengan de tierras deforestadas ilegalmente o que estén teñidas con sangre
indígena.
Y, en tercer lugar, que se sancione a las empresas y Gobiernos que no
respeten estos principios.
La preocupación por la cuenca amazónica es mundial, y mundial es la
responsabilidad de los gobiernos de aquéllos países que tienen soberanía sobre
el territorio. Por nuestra parte, tenemos la responsabilidad de concienciarnos
ante lo que está sucediendo, y actuar en consecuencia.
Por eso estamos hoy aquí. Estamos intentando crear esta conciencia, para ser
multiplicadores de este mensaje dentro de la sociedad española. Todas y todos
somos esenciales en este intento que nos proponemos hoy: llevar la amazonia en
el corazón, para llevar la vida a la Tierra.
Muchas gracias por llegar hasta aquí y viva la amazonia viva en un planeta vivo.